Cuando tenía 23 años
de edad más o menos, fui con un amigo a un café con piernas. Era algo que solíamos
hacer, ya que conversábamos un montón de cosas en un ambiente agradable. Pero
en ese día en particular, mi amigo me preguntó algo que me dejó perplejo. Me
preguntó si quería conocer a Jesús Cristo.
En esa época yo creía
en Dios, pero nunca iba a misa y mi compromiso con la religión era prácticamente
nula. Sólo acepté la invitación de mi amigo porque lo estimaba, pero tenía mis
dudas. Siempre he dicho “ver para creer”. En fin, acompañé a mi amigo a un
centro religioso Cristiano. Cuando llegamos, se acercó el líder del centro y mi
amigo le dijo que yo quería conocer al Señor.
El líder y mi
amigo me llevaron a un cuarto, pusieron sus manos sobre mi cabeza y comenzaron
a rezar. Luego de un rato, mi cara comenzó a reír, pero no era yo quien movía
los músculos de mi cara. Mi cara se estaba riendo de manera autónoma, sin mi
control! Cuando le dije lo que me pasaba al líder Cristiano mientras el oraba,
me dijo que había una entidad dentro de mí. Luego de eso comencé a sentir como
una bola de fuego que crecía dentro de mí y me quemaba. El dolor crecía y se
hacía insoportable. Fue tan intenso el dolor del fuego que comencé a gritar y gritar con alaridos muy fuertes. Estuve asi por unos cuantos minutos hasta que el dolor pasó de manera repentina.
Después de algunos minutos sentí una profunda paz
interior, y sentí la presencia del Señor en mi, algo que aun siento después de más
de 20 años desde esa experiencia. No puedo describirlo, solo puedo decir que es
hermoso, siento una paz y un compromiso con Dios que es difícil de explicar.
Luego de esta increíble
experiencia, me puse a meditar tres días aislado del mundo. Estaba choqueado y
decidí dejarlo todo, mi familia, mis bienes…todo. No necesitaba nada porque me sentía
pleno. Sin embargo, mis familiares insistieron en que no me fuera, recapacité y
al final me quedé con ellos.
Actualmente no pertenezco a ninguna iglesia, pero visito a
todas porque todas tienen algo bueno que es rescatable. A veces asisto a misas católicas,
reuniones evangélicas, reuniones con testigos de Jehová, grupos mormones, etc.
Yo solo quiero estar con el Señor y él se encuentra en todos los aspectos buenos
y positivos de cada religión.
Hoy puedo decir
que el Señor y Dios verdaderamente existen, yo lo sé por mi experiencia. No les
pido que me crean, ustedes deben experimentarlo ya que este es un proceso
personal. Si quieren conocerlo, abran su mente y pídanle que se manifieste en
su vida. Como dije antes, ver para creer, y si realmente quieren encontrase con
Dios y Jesús, pídanle porque se manifestarán y ustedes lo comprobaran por sí mismos. Es algo que les ocurrirá aunque no lo
crean.
Bendiciones para
todos,
Manuel
No comments:
Post a Comment