Llegamos a vivir
a este departamento pocos días antes de Navidad, junto a nuestra mascota,
Alonso, el hamster. Alonso recibió de regalo una hermosa jaula nueva, pero
después de un tiempo el pequeño animal aprendió a abrir. Y ocurrió que un día,
al mes de habernos cambiado, Alonso desapareció. Lo esperamos un día y una
noche pues seguro iba a volver a su jaula, como siempre, cuando lo dejábamos
libre en el departamento. Estaba tranquila, sin embargo no escuchaba ruidos y
eso me hizo sospechar que esta vez se nos había perdido.
La segunda noche
soñé que veía a Alonso en otro departamento y yo decía en el sueño “él no es de
allá, tiene que volver, él pertenece a éste hogar”. Cuando conté mi sueño el
comentario fue que Alonso me extrañaba, pensaba en mí y seguro estaba en otra
casa. A mi me pareció extraña esa interpretación de mi sueño porque...puede un
pequeño hamster acordarse de mí, extrañarme, transmitir a través de un sueño? No.
Ese día lo
esperé, lo busqué. Cuando llegó la noche tuve otro sueño. Esta vez vi a Alonso
y estaba muy flaco y muy sucio, con tierra. Pensé que estaba mal. Cuando
desperté conté mi sueño y los comentarios fueron similares: te extraña, está
vivo pero mal.
Al día siguiente
lo esperé, y fantaseaba encontrarlo aunque sea moribundo debajo de la lavadora,
de la cocina, del refrigerador. Quizás estaba adentro de la bolsa de basura
cuando la boté. Quién sabe....es posible que nunca pueda saber qué le pasó o
como murió nuestra pequeña mascota.
Mi hijo no
conocía aún a los niños que jugaban afuera en el condominio, así que decidí
bajar con él y una pelota para que lo vieran. Juguamos una media hora y luego
subí para que los niños hicieran lo que siempre hacen con tanta facilidad, ser
amigos. Después de un rato tocaron el
timbre y cuando abrí empezaron a entrar de a uno, niños y niñas siguiendo a mi
hijo, el nuevo del grupo. Que alegría verlos y conocerlos, se ríen y juegan
felices. Una pequeña me pregunta qué hace esa jaula ahí, y yo empiezo a
contarle la historia de la desaparición de Alonso. Ella asombrada me dice: yo
sé dónde está!! Está en otro departamento, lo encontró una señora, dice
que parece que se cayó de un balcón. Es
uno que está bien sucio? Yo le respondo que sí, puesto que así lo vi en mi
sueño. Ella me dice que me lo va a traer.
Luego de unos
minutos llegan tres niñas con Alonso en las manos, estaba muy flaco pero era
él. Lo tomé y le di comida, lo acaricié y me alegré de verlo vivo. Después de
todo, lo quiero. Y así lo ha demostrado la conexión telepática que comparto con
nuestra mascota.
Una amiga
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