Un primo de mi abuela, bien
acomodado, viajo en un Barco Crucero para pasear por Europa, hace muchos años, vio
a una mujer, al parecer ella era Francesa, la vio en la cubierta del Barco y tan
solo la vio una vez en su vida, que fue en ese especial momento.
Luego de este encuentro, el primo
de mi abuela nunca la pudo olvidar, como si de un rapto de corazón se tratara. El amor que sentía era tan profundo y
verdadero, que no pudo nunca casarse con otra mujer.
En su fundo construyo una hermosa
Capilla, para rezarle cada día de su vida a su amada, que nunca más vio ni conoció,
me imagino que su recuerdo, era siempre
como cuando la vio por primera y única vez, pienso que debe haber sido para él, la mujer más
maravillosa del universo, viendo cada día su imagen y su hermosura. Esa mujer o
Princesa que así debe haber pensado él, como las de un cuento de hadas y a pesar
que ella no sabía de este ensueño de amor, ella sin saberlo, se llevo consigo el
amor de un hombre, que dejo desolado al fin del mundo y que en sus oraciones cada
día le reportaba a Dios su amor. Quizás cuantas veces deseo y pidió volver a
verla.
Con todo el amor que sentía, compuso una hermosa canción o mejor dicho un
poema llevado al canto con su guitarra, es hermosa, tengo el original de la letra escrita por él, en máquina de escribir de antaño, en un papel parecido al de mantequilla, de un amarillento antiguo, lo que sí, no se cual era su melodía, la letra habla de su
enorme amor hacia la mujer que le robo su corazón, es muy especial, algún día
haré algo con esta hermosa poesía llevada a la canción.
Rodrigo Vivanco
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